Pero Dios demostró su gran amor por nosotros al enviar a Cristo a morir por nosotros cuando aún éramos pecadores. 'Y ya que hemos sido declarados justos ante Dios por la sangre de Cristo, ciertamente nos salvará de la condenación de Dios.'

Pero Dios es tan misericordioso y nos amó tanto que, aunque estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos dio vida cuando resucitó a Cristo de entre los muertos. (¡Es solo por la gracia de Dios que ustedes han sido salvos!)

“Estad quietos y sabed (reconoced, entended) que yo soy Dios.
Seré exaltado entre las naciones; seré exaltado en la tierra.
El Señor de los ejércitos está con nosotros;
El Dios de Jacob es nuestra fortaleza [nuestro refugio, nuestra torre alta].