Jesus was born

Así fue profetizado el Mesías mucho antes de su nacimiento

Matthew Bell

Para muchos, la idea de que Jesús se encuentra en el Antiguo Testamento puede resultar sorprendente. Sin embargo, las Escrituras están llenas de profecías que apuntan a Él cientos e incluso miles de años antes de su nacimiento. Desde Génesis hasta Malaquías, el Antiguo Testamento revela vislumbres del Mesías venidero a través de profecías, símbolos y sombras, todas las cuales encuentran su cumplimiento en la vida, muerte y resurrección de Jesucristo.

Comprender estas profecías es esencial para profundizar nuestra fe y ver la continuidad del plan redentor de Dios desde el principio. No solo es fascinante, sino que también reafirma nuestra fe, ver con qué precisión el Antiguo Testamento predijo la venida de Cristo. Exploremos algunas de las profecías clave y cómo apuntan directamente a Jesús.

1. La primera profecía mesiánica: La descendencia de la mujer (Génesis 3:15)

La primera profecía acerca de Jesús se encuentra en el primer libro de la Biblia, justo después de la caída de Adán y Eva. Dios le habla a la serpiente y le dice:

“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ella te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” — Génesis 3:15

Adán y Eva

Este versículo, al que a menudo se hace referencia como el protoevangelio (el “primer evangelio”), predice la venida de Aquel que nacería de una mujer y que finalmente derrotaría a Satanás. La referencia a la “simiente de la mujer” es significativa porque señala el nacimiento virginal de Cristo, que vendría a aplastar el poder del pecado y de la muerte, aunque Él mismo sería herido (simbolizado por la serpiente que le hiere el talón).

2. La promesa a Abraham: una bendición para todas las naciones (Génesis 12:3)

Dios prometió a Abraham que a través de su descendencia, todas las naciones de la tierra serían bendecidas:

“Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te maldigan maldeciré; ​​y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” — Génesis 12:3

Esta profecía se cumplió en Jesús, quien descendió del linaje de Abraham y ofreció salvación a personas de toda tribu, lengua y nación. Pablo lo afirma en Gálatas 3:16, al decir que la “descendencia” mencionada aquí es Cristo.

3. El Cordero Sacrificado: El Anticipo de la Pascua (Éxodo 12)

En el libro del Éxodo, vemos otra profecía importante que apunta a Jesús. Dios ordenó a los israelitas que sacrificaran un cordero sin mancha y colocaran su sangre en los postes de sus puertas para que el ángel de la muerte pasara de largo. Este evento, conocido como la Pascua, era un símbolo poderoso de la futura muerte sacrificial de Cristo.

“Porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada.” — 1 Corintios 5:7

El cordero de dios

Así como la sangre del Cordero Pascual salvó a los israelitas de la muerte, la sangre de Jesús, el Cordero de Dios, nos salva de la muerte espiritual y de la separación eterna de Dios.

4. El Siervo Sufriente: La Profecía de Isaías (Isaías 53)

Isaías 53 es una de las profecías más claras y poderosas acerca del Mesías en el Antiguo Testamento. Describe el sufrimiento, el rechazo y el sacrificio final del Salvador venidero:

“Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto… Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores… Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; sobre él recayó el castigo de nuestra paz, y por su llaga fuimos nosotros curados.” — Isaías 53:3-5

Cada detalle de este pasaje corresponde al sufrimiento de Jesús en la cruz. Él fue despreciado, rechazado y traspasado por nuestros pecados, y por sus heridas fuimos sanados. Isaías 53 es un poderoso testimonio de la obra redentora de Cristo.

5. El lugar de nacimiento del Mesías: Belén (Miqueas 5:2)

El profeta Miqueas predijo el lugar exacto donde nacería el Mesías:

“Pero tú, Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; sus orígenes son desde el principio, desde los tiempos antiguos.” — Miqueas 5:2

Jesús nació

Esta profecía se cumplió cuando Jesús nació en Belén, un pequeño pueblo de Judá, como se describe en Mateo 2:1-6. La especificidad de esta profecía es notable y señala directamente a Jesús como el Mesías profetizado.

6. El pacto davídico: un reino eterno (2 Samuel 7:12-13)

Dios prometió al rey David que su linaje produciría un gobernante cuyo reino duraría para siempre:

“Cuando tus días se cumplan y descanses con tus padres, yo levantaré a un descendiente tuyo para que te suceda, de tu propia sangre, y afirmaré su reino. Él edificará una casa para mi Nombre, y yo afirmaré el trono de su reino para siempre.” — 2 Samuel 7:12-13

Esta profecía encuentra su cumplimiento en Jesús, el Hijo de David, cuyo reinado es eterno. Mateo 1:1 destaca este linaje, refiriéndose a Jesús como “el hijo de David”, lo que establece su derecho legítimo al trono eterno.

7. El momento de la venida del Mesías: la profecía de Daniel (Daniel 9:24-26)

Daniel recibió una profecía que especificaba el tiempo exacto para la venida del Mesías:

“Setenta sietes están determinados sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar con la transgresión, poner fin al pecado, expiar la iniquidad, traer la justicia eterna, sellar la visión y la profecía, y ungir el Lugar Santísimo.” — Daniel 9:24

Esta profecía describe un período que culminaría con la llegada del “Ungido” (el Mesías) y su sacrificio expiatorio. Los eruditos han calculado que el tiempo que se da en Daniel coincide perfectamente con la llegada de Jesús y su muerte en la cruz.

8. La traición por las treinta piezas de plata: la profecía de Zacarías (Zacarías 11:12-13)

Incluso la traición de Jesús por parte de Judas Iscariote fue predicha en el Antiguo Testamento:

“Les dije: Si les parece bien, denme mi salario; y si no, quédense con él. Y ellos me dieron treinta piezas de plata. Y el Señor me dijo: Échalas al alfarero. ¡Qué buen precio me dieron! Tomé, pues, las treinta piezas de plata y las eché al alfarero en la casa del Señor.” — Zacarías 11:12-13

Jesús nació

Esta profecía se cumplió cuando Judas traicionó a Jesús por treinta piezas de plata y luego, en remordimiento, arrojó el dinero al templo, que finalmente se usó para comprar el campo del alfarero (Mateo 27:3-10).

Conclusión: La revelación de Jesús en el Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento no es sólo un registro histórico de los tratos de Dios con Israel; es un tapiz profético que apunta hacia el Mesías, Jesucristo. El cumplimiento de estas profecías en la vida, muerte y resurrección de Jesús es una prueba contundente de su identidad como el Salvador prometido y el Hijo de Dios.

Ver cuán intrincadamente se alinean las profecías del Antiguo Testamento con los relatos del Nuevo Testamento debería fortalecer nuestra fe y profundizar nuestro aprecio por la sabiduría y soberanía de Dios. Estas profecías muestran que el plan redentor de Dios se ha estado desarrollando desde el principio mismo, y confirman que Jesús es, en verdad, el cumplimiento de todo lo que fue prometido.

Como creyentes, que podamos inspirarnos para profundizar en las Escrituras y encontrar a Cristo no sólo en el Nuevo Testamento sino en toda la Biblia.

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