Esto es lo que dice Jesús sobre el dinero y la riqueza
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El dinero y la riqueza son temas que Jesús abordó con frecuencia durante su ministerio, enfatizando la importancia de usar nuestros recursos con sabiduría y con un corazón arraigado en el reino de Dios. Jesús enseñó que, si bien el dinero en sí no es inherentemente malo, puede convertirse en una fuente de distracción, tentación e incluso idolatría si no se maneja de una manera centrada en Dios. Para los cristianos, comprender lo que Jesús dice sobre el dinero nos ayuda a alinear nuestras finanzas con nuestra fe y a usar nuestros recursos para un impacto eterno. A continuación, presentamos las enseñanzas de Jesús sobre el dinero, la riqueza y cómo podemos administrar fielmente lo que Dios nos provee.
1. El dinero como herramienta, no como dueño
Jesús enseñó que el dinero debe servirnos en lugar de convertirse en nuestro amo. En el Evangelio de Mateo, Él enfatizó que no podemos servir a Dios y al dinero, porque ambos requieren una devoción completa. El dinero, en las enseñanzas de Jesús, es algo que manejamos, pero nunca debe gobernar nuestras vidas, pensamientos o decisiones.
“Nadie puede servir a dos señores. O aborrecerá a uno y amará al otro, o se apegará a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.” — Mateo 6:24
2. Los peligros de amar el dinero
Jesús advirtió contra el amor al dinero, explicando que un deseo excesivo de riqueza puede llevar a todo tipo de resultados perjudiciales. La parábola del rico insensato (Lucas 12:13-21) ilustra cómo una persona que acumula riquezas solo para obtener ganancias personales pierde de vista su propia pobreza espiritual. Jesús nos llama a ser “ricos para con Dios” en lugar de acumular posesiones, recordándonos que nuestro verdadero tesoro está en el cielo.
3. La generosidad como reflejo de la fe
Jesús enfatizó que la verdadera riqueza no se mide por la cantidad que poseemos, sino por nuestra generosidad y compasión hacia los demás. Elogió a la viuda que dio sus últimas monedas en el templo, no por la cantidad que dio, sino porque dio todo lo que tenía con un corazón sacrificado (Marcos 12:41-44). Este acto de dar desinteresadamente muestra que Dios valora nuestra generosidad, sin importar cuán grande o pequeña sea la ofrenda.
“Hay más dicha en dar que en recibir.” — Hechos 20:35
4. Almacenando tesoros en el cielo
En el Sermón del Monte, Jesús aconsejó a sus seguidores que acumularan tesoros en el cielo en lugar de en la tierra. Las riquezas terrenales son temporales y se pueden perder, pero los tesoros celestiales (actos de bondad, generosidad y fe) son eternos. Al invertir en el reino de Dios, encontramos un propósito más allá de la riqueza material y construimos un legado que perdura.
“No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín destruyen, y donde ladrones minan y hurtan. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde la polilla y el orín no destruyen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” — Mateo 6:19-21
5. Utilizar la riqueza para ayudar a los necesitados
Jesús instó constantemente a sus seguidores a cuidar de los necesitados. Retó al joven rico a vender sus posesiones y darlas a los pobres (Marcos 10:17-27), revelando que la verdadera fe implica compasión y altruismo. El énfasis de Jesús en ayudar a los marginados nos enseña que la riqueza debe utilizarse para bendecir a los demás y difundir el amor de Dios.
6. Confiar en Dios para la provisión
Jesús también enseñó a sus seguidores a confiar en Dios como su proveedor en lugar de depositar su seguridad en las riquezas. En Mateo 6:25-34, Jesús animó a los creyentes a no preocuparse por sus necesidades básicas, ya que Dios se preocupa profundamente por ellas. Al confiar en Dios para nuestra provisión, nos liberamos de las ansiedades que a menudo acompañan al dinero.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” — Mateo 6:33
7. La riqueza como responsabilidad, no como derecho
Jesús consideraba que la riqueza era una responsabilidad de administración y nos llamaba a administrar los recursos de una manera que honrara a Dios y sirviera a sus propósitos. La parábola de los talentos (Mateo 25:14-30) enseña que a cada persona se le han confiado dones y recursos que deben usarse sabiamente. Al ser fieles con lo que tenemos, demostramos nuestro compromiso con el reino de Dios.
Vivir hoy las enseñanzas de Jesús sobre el dinero
La forma en que manejamos el dinero puede convertirse en un poderoso testimonio de nuestra fe. Al tratar la riqueza como una herramienta para servir a los demás, confiar en Dios como nuestro proveedor y mantenernos centrados en los tesoros celestiales, vivimos de una manera que honra a Jesús. Las enseñanzas de Jesús sobre el dinero nos desafían a examinar nuestros motivos, priorizar el reino de Dios y encontrar la verdadera satisfacción solo en Él.
Deje que las palabras de Jesús guíen la forma en que usted administra y ve la riqueza, utilizándola para impactar a otros para la gloria de Dios.