
Por qué los creyentes deben evitar el uso de malas palabras
Matthew BellCompartir
En el mundo actual, las blasfemias están en todas partes: en las películas, la música, las redes sociales y las conversaciones cotidianas. Muchas personas usan malas palabras sin pensarlo dos veces, pero como cristianos, estamos llamados a ser diferentes. ¿Dice algo la Biblia sobre las blasfemias? ¿Realmente importa lo que decimos? ¡ La respuesta es sí! A Dios le importan nuestras palabras porque reflejan nuestro corazón.
En este blog, exploraremos por qué los cristianos deben evitar las blasfemias y lo que la Biblia enseña sobre el poder de nuestro habla.
Nuestras palabras reflejan nuestros corazones
Jesús enseñó que lo que sale de nuestra boca revela lo que hay en nuestro corazón. Si nuestras palabras están llenas de ira, maldición o negatividad, eso muestra lo que permitimos que habite en nuestro corazón.
Versículo clave:
“Pero lo que sale de la boca del hombre, del corazón sale; y esto lo contamina.” – Mateo 15:18
Los cristianos debemos esforzarnos por tener corazones puros, amorosos y llenos del Espíritu Santo , lo cual se reflejará en nuestro hablar.
Estamos llamados a hablar con gracia
Dios nos ordena usar nuestras palabras para animar y elevar a otros, no para derribarlos con blasfemias o palabras duras.
Versículo clave:
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.” – Colosenses 4:6
Si nuestras palabras están llenas de ira, humor crudo o maldiciones , contradicen el amor y la gracia que estamos llamados a compartir.
Las blasfemias no honran a Dios
Como cristianos, todo lo que hacemos, incluidas las palabras que decimos, debe glorificar a Dios. Si las blasfemias no lo honran, ¿por qué deberíamos usarlas?
Versículo clave:
“Ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios.” – 1 Corintios 10:31
Nuestra forma de hablar debe ser un reflejo de nuestra fe. Cuando la gente escuche nuestra forma de hablar, debe reconocer a Cristo en nosotros.
Las palabras tienen poder
La Biblia enseña que nuestras palabras tienen el poder de traer vida o destrucción . Las blasfemias suelen expresar enojo, falta de respeto o negatividad , y debemos tener cuidado con el uso que hacemos de ellas.
Versículo clave:
“La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.” – Proverbios 18:21
En lugar de utilizar palabras que causen daño , los cristianos deberían utilizar palabras que aporten sanación y aliento .
Debemos ser apartados del mundo
Como seguidores de Cristo, estamos llamados a ser diferentes del mundo. Muchas personas usan malas palabras con indiferencia, pero los cristianos deben destacarse al usar palabras que reflejen la bondad de Dios.
Versículo clave:
“No os conforméis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de vuestro entendimiento.” – Romanos 12:2
Si hablamos igual que los demás, ¿cómo verá la gente a Cristo en nosotros?
La Biblia advierte contra las conversaciones malsanas
La Biblia advierte claramente contra el lenguaje corrupto o grosero. Dios desea que nuestro lenguaje sea puro y edificante .
Versículo clave:
“No salga de vuestra boca ninguna palabra corrompida, sino sólo la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de que imparta gracia a los oyentes.” – Efesios 4:29
Cuando eliminamos las blasfemias de nuestro discurso, creamos espacio para palabras que edifican, animan y dan vida .
Dar un buen ejemplo a los demás
Como cristianos, influimos en los demás, ya sea que nos demos cuenta o no. La forma en que hablamos puede acercar a las personas a Cristo o alejarlas aún más .
Versículo clave:
“En todo, sean ejemplo de buenas obras. En la enseñanza, muestren integridad, seriedad y palabra sana e irreprochable.” – Tito 2:7-8
Si afirmamos seguir a Cristo, nuestras palabras deben reflejar su amor y su verdad.
Conclusión: ¿Por qué los cristianos deben evitar las blasfemias?
Aunque el mundo puede considerar que las blasfemias son inofensivas, la Biblia deja en claro que nuestras palabras importan . Las blasfemias no glorifican a Dios y, como cristianos, estamos llamados a hablar con gracia, pureza y amor .
Antes de hablar, pregúntate:
✔ ¿Esto honra a Dios?
✔ ¿Esto refleja a Cristo en mí?
✔¿Diría esto delante de Jesús?
Al elegir sabiamente nuestras palabras, brillamos como luces en un mundo oscuro y damos gloria a Dios a través de nuestras palabras.